martes, 11 de diciembre de 2012

¿BUITRES O PARDILLOS?
 
   Comenzó muy jovencito a investigar sobre las triquiñuelas de la corte. En principio a nivel local, en el reino de Navarra. Con 31 años tan sólo ya había sido alcaldable en las listas de UPN y como premio a su fracaso, debido a pactos de la izquierda, se le concedió la consejería de Sanidad y, con el tiempo y las elecciones, un sillón de diputado en las cortes madrileñas. Su perfil era adecuado, licenciado en Medicina y máster en Administración y Dirección de Servicios Sanitarios. Siete años estuvo al frente de dicha cartera. "Es compatible mejorar la gestión de lo público con incorporar nuevas fórmulas colaborando con el sector privado", argumentaba por entonces, mientras entregaba poco a poco la gestión de hospitales a empresas privadas. En aquellos años, en Navarra, gobernaba UPN y PP en pacto de hermanos. Hasta 2008, año en el que nuestro muchacho la lió parda. Votó a favor de los presupuestos presentados por el PP y en contra del mandato de la dirección de su partido, rompiendo la unidad de ambos y erigiéndose en chaquetero estandarte de la refundación del PP navarro. Y lo consiguió.

   En sólo un año, este pájaro disfrazado de gaviota, era nombrado, sin que ningún otro pudiera presentarse, presidente del PPN con el 92% de los votos. Y ocurre lo que llevaba ya mucho tiempo esperando en silencio, Rajoy le llama y le propone encabezar las listas al parlamento navarro, a lo que él se niega aduciendo que su suplencia en Madrid sería por un miembro de UPN. No podemos negar que el muchachito era listo y codicioso y todo le iba como la espuma, a base de vuelos volátiles y etéreos. No obstante, aceptó la orden del presidente y se puso manos a la obra, confeccionó las listas por Navarra, sacando 5 escaños parlamentarios, ejerciendo de portavoz mientras se trabaja bien y a fondo un prestigio en Génova, gracias al fervor que pusieron en él Soraya, la Cospedal y hasta el mismísimo Rajoy. Era un muchacho tan cautivador, con ese porte elegante de revista de El Corte Inglés, que no existía en el partido falda o bigote que se le resistiese. Tan joven y tan comprometido con la causa, firme detractor del aborto y defensor a ultranza del liberalismo económico y la austeridad en los pobres, y tan fiel y constante en sus prácticas religiosas. En Diciembre de 2011, Rajoy le propuso como Secretario del Congreso de los Diputados y comenzó a sonar su nombre en las quinielas, como Ministro de Sanidad, tras el abrumador triunfo del PP en las elecciones generales.


José Antonio Asiáin (Presidente de Caja Navarra)

   Pero ayer se le acabo el chollo. Dar puñaladas traperas por la espalda a quien bien te quiso por escalar un poco más hacia la cima del poder se acaba pagando, si no eres más que un mediocre codicioso que, siendo médico, no sabría diagnosticar ni una simple amigdalitis. El flamante diputado del PP, Santiago Cervera, presentó su dimisión, obligado por su partido, por haber sido acusado de extorsionar y chantajear a José Antonio Asiáin (PSOE), presidente de Caja Navarra (Banca Cívica y Caixabank en posteriores fusiones), amenazándole con hacer público los chanchullos que su despacho de abogados ha tenido con la entidad bancaria que aún preside, si no le entregaba 25.000 euros. Cervera fue detenido “in situ” cuando se disponía a recoger el sobre en el lugar acordado. El “supuesto” chantajista, que también en el pasado fue miembro del consejo de Caja Navarra, y Asiáin eran reconocidos enemigos en la comunidad foral, desde que, en 2009, Cervera acusó al abogado, junto a Enrique Goñi, exdirector general de la caja y Miguel Sanz, expresidente foral, de mal vender la entidad a cambio de suculentas comisiones. El odio entre ambos es recíproco, aunque tratan de disimularlo. Lo raro en esta historia es que no acudieran ambos  a la policía al recibir esos extraños email de los que hablan. El socialista sí lo hizo, pero Cervera guardó el secreto hasta en el círculo más estrecho de su partido y poder conseguir una información así, tan jugosa, sobre las corruptelas del enemigo, te apuntaría todos los tantos ante el gran jefe. ¿Por qué no se lo comunicó a Rajoy, siendo miembro de confianza del presidente?

S. Cervera en su boda, junto a su padrino político.
   Esto huele mal. Huele a carne de buitre desde lejos. A señorito carroñero, de los que entregan el mejor trofeo al jefe, pero mantiene alerta sus garras afiladas, mirando fijamente al cuello, buscando carótide o yugular, donde asestar la dentellada. Esto huele a calle de barrio bajo, a venganza entre miembros de dos bandas irredentas, a miseria moral instalada en los despachos, a instituciones en las que placen excrementos y supura la pus tóxica de la ambición. Nuestros políticos han perdido el juicio y la objetividad. Viven en una sociedad particular, idealizada por ellos, y permanecen sordos y ciegos a la realidad que les rodea y nos devora. Ellos siguen en sus peleítas chabacanas, de mafiosos ridículos sin clase, y en sus venganzas de matones  sin pistola, mientras España se convierte en una ruina griega. Ellos a chulearnos con sus ipod, con sus rolex, con sus mansiones blanqueadas de dinero público, mientras nos recortan la alimentación de nuestros hijos. No sabemos aún si estos dos buitres, “supuesto” extorsionador y extorsionado, han sido víctimas de una jodida broma o no, pero está claro que el ya exdiputado Cervera calla más de lo que cuenta o, en todo caso, por invención está contando más de lo que en realidad ocurrió. Sin embargo, si es cierta la increíble novela que ha contado al juez y existe un tercero en discordia en esta policíaca historia, no puedo evitar declarar mi admiración por él: ¡Joder, con que arte habría engañado a estos dos buitres tan pardillos!



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