jueves, 23 de agosto de 2012


SIN FUTURO


Cuando el joven leyó la tercera acepción de la palabra futuro en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española: “Valor o mercancía cuya entrega se pacta para después de un cierto plazo, pero cuyo precio queda fijado al concertar la operación”, decidió dejar de estudiar y dedicarse a asesinar políticos, banqueros y empresarios del país.  

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