martes, 7 de agosto de 2012


POR UN RENACIMIENTO DEL 15M


¡Cuántas ilusiones perdidas! ¡Cuántas manos silenciosas acalladas por la ambición, la vanidad o el mesianismo! ¡Cuánto grito de súplica ahogado en la confusión de las protestas!  ¡Cuántos sueños rotos por exceso de ingenuidad! ¡Cuánta esperanza asesinada por la espalda! Y ahora buscaremos culpables. Diremos que la derecha reaccionaria de este país nos cercenó, que nunca pudimos concretarnos en física conciencia por culpa de sus triquiñuelas ilegales y represivas. Cuando, en realidad, sólo ha ocurrido que la mal llamada izquierda de este país nos ha manipulado, sectorizado y enfrentado a los unos con los otros. Y esa falsa lealtad ideológica a símbolos y banderas nos ha traicionado.

Todo comenzó como una brisa suave, igual que comienza el huracán. Y sufrimos de espejismo virtual. Las redes sociales expandían el mensaje, la pura desesperación de los excluidos. Y, de pronto, miles de ciudadanos anónimos salieron de las sombras, sus eternas madrigueras, en todas las ciudades de España. Y, todos, sin saber muy bien por qué, caminaron en la misma dirección, señalando los muros a derribar. Y unimos nuestras manos en las plazas, entablando debates con palabras tan esplendorosas como el sol acogedor de aquella primavera. Pero pronto el jugo de aquella fruta fresca se fue diluyendo en el lodazal de la política convencional. Y, ciegos, volvimos a cometer los mismos errores. Se nos fundió la hermandad, cada uno dando pasos por su lado, en la oscuridad de su propio fanatismo. Trolls, sedientos de sangre, el que se cree Dios o su mensajero y cree en su destino como salvador  del mundo, el exhibicionista y su exaltación del yo, el cínico, el desconfiado y hasta el aprovechado que vuela de rama en rama, ocultando siempre sus verdaderas intenciones. Los deshechos morales de una cultura en plena decadencia. El culto a la ignorancia, a la apariencia y el pavoroso terror a la verdad.

 Héroes frágiles de barro fuimos aquellos que sí creímos en la fraternidad de los seres humanos y en la posibilidad de dar contenido a palabras como solidaridad, justicia o paz. Pobres ingenuos sin estrategia ni mapa de la felicidad colectiva. Hombres dignos separados por el desierto, ese terreno condenado a la infertilidad de las semillas. Peones sin derecho a entrar en la partida. Seres anónimos que buscan a diario un nuevo amanecer en las pantallas de sus ordenadores, pero no encuentran más que oscura vanidad y falsas biografías. Y mientras crece lentamente el huracán, los desvalidos van cayendo, los poderosos aumentan su poder y la muerte perfecciona su fabricación en serie de nuevos y más rentables ataúdes.

Nunca estuvimos necesitados de siglas o banderas. De lo único que realmente estamos necesitados es de más amor entre nosotros, el justo y necesario como para lograr la empatía con el contrario. Ya lo logramos una vez, allá por la primavera de 2011. ¿Por qué no va a ser posible lograrlo de nuevo?


2 comentarios:

  1. ¿No estuvistéis necesitados de Siglas? Pero si en la "revolución" prediseñada en los Thinks Thanks neoliberales fue donde nació eso de DRY, 15M, y el hagstag #spanishrevolution. Gracias a Dios, el 15M es algo muerto y enterrado. Movimientos espontáneos protofascistas, no gracias. Organización obrera y sindical, acciones de desobediencia, enfrentamiento directo al régimen neoliberal y exigencia de la legitimidad democrática republicana. Esa es la lucha de la clase obrera, no levantar las manitas en plaza, atacando a los títeres del sistema y haciendo surgir nuevos ídolos teledirigidos por la oligarquía como Toni Cantó, atacando (como se ha atacado) desde el 15M a los sindicatos, simpatizando (como se simpatiza) con las ideas joseantonianas... no sé qué narices tiene eso que ver con la lucha de la clase trabajadora (a perdón, que vuestra lucha es interclasista...). No es la izquierda la que se ha cargado al 15M como vehículo de control de la disidencia (o disidencia controlada). Es a la extrema derecha a la que se le notó la pataleta cuando algunos aparecimos con banderas republicanas, anarquistas, comunistas... Y los de izquierdas nos largamos por patas porque esa no va a ser nuestra lucha.

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  2. Te recuerdo que el protofascismo se puede dar tanto en la derecha como en la izquierda o ¿es que te piensas que el régimen de Stalin no lo fue? ¡Ya está bien de chorradas ideológicas fanáticas! Lo que deberíamos hacer es colaborar entre todos para conseguir una mayor justicia más equitativa. No se trata de que unos tengan más poder que otro para imponer sus criterios. Se trata de que el poder esté en manos del pueblo soberano y, sobre todo de defender un sistema democrático justo y honesto. Además, por otra parte las banderitas nos sectorizan, las siglas y símbolos nos radicalizan, nos fanatizan y nos enfrentan y de esa manera es imposible colaborar en nada, más bien son las semillas del odio y el derramamiento de sangre.

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