martes, 28 de agosto de 2012


LA GLOBALIZACIÓN


En el lujoso restaurante del hotel Mandarín Oriental de New York estaban reunidos los presidentes de las más importantes multinacionales del planeta, departiendo animosamente sobre las ventajas de la globalización. Acababan de saborear la langosta del pacífico bañada en salsa de mango e hinojo, cuando el presidente de Monsanto llamó al metre y le preguntó si les recomendaba algún postre en especial.

-         Por supuesto, dijo el metre, tenemos el postre ideal para estos tiempos de inmejorables oportunidades financieras. Es una especie de sandía global que les traeré entera para que ustedes se sirvan a su gusto.

-         Conforme. Sorpréndanos pues, le espetó el presidente de Monsanto.

Y en menos de un minuto apareció un camarero elegantemente vestido que portaba sobre su bandeja lo que parecía una bola del mundo. Todos sonrieron satisfechos, mientras agarraban firmemente sus cuchillos.

  

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