lunes, 6 de agosto de 2012


EL PUENTE

A pesar de los años, mi amada Laura estaba preciosa. Toda promesa que le hice en el pasado la cumplí, hasta que llegó la crisis financiera del estado y las pensiones cayeron en picado. Después vinieron las amenazas de desahucio y la puñalada de su enfermedad. Pero mi última promesa me fue imposible cumplirla.
Ella lo comprendió. Salimos a pasear y cuando llegamos al puente nos dimos la mano, nos besamos, cerramos los ojos a la vez y  echamos a volar.

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