martes, 3 de julio de 2012


VUELVE LA REALIDAD


Ya va pasando la resaca. Estuvo bien eso de sentirnos conquistadores durante unos días, pero la sombra negra de la realidad vuelve a impedirnos ver el sol. La prima de riesgo vuelve a subir, la bolsa sigue con su descenso hacia el infierno, los jubilados son castigados por estar enfermos, el paro se ha disparado en mayo (ya somos más de cinco millones y medio), y llegar a final de mes será aún más duro con las subidas de la luz, el gas, los transportes, el iva… Una pelotita entre 22 jugadores nos ha hecho felices, nos ha hecho soñar, pero tan sólo ha sido eso, un sueño breve que en nada ha influido en nuestras vidas cotidianas. Seguimos sin poder comprar a los niños los zapatos y temiendo quedarnos en la calle, desvalidos, cualquier día.

 Ellos, nuestros políticos, no tienen esos problemas ni temores. Los del gobierno han disfrutado al máximo. Han viajado, evitando el molesto humo de los incendios, y han saludado a los gladiadores.  Se han hecho la foto de los vencedores, no sin darse de hostias entre ellos, imagino, por conseguir el mejor lugar. Han disfrutado de opíparas cenas y de hoteles de 1000 euros la noche a costa del Estado y han vuelto directamente a la orilla del Guadalquivir, donde se celebraba un nuevo congreso del PP, que se está muy a gustito en las terracitas de Triana. Y allí, cara al público, nos han dicho lo de siempre: que el país está muy mal, pero lo levantaremos entre todos; que habrá nuevas medidas muy duras, pero que son necesarias e imprescindibles; que es necesario acabar con el fraude fiscal de la economía sumergida entre chapuzas; que necesitamos una gestión más eficaz y transparente en nuestras instituciones públicas; que es imprescindible mantener el estado de bienestar y que son básicas la confianza y la colaboración entre los ciudadanos y el Estado para solventar nuestra crítica situación.


 Sin embargo nada cambiará, porque todas las palabras del gobierno están vacías o, simplemente, rebosan de sarcasmo e hipocresía. No existe intencionalidad alguna de arreglar esto entre todos cuando a los pensionistas, enfermos crónicos, se les hace pagar sus medicinas y a las grandes fortunas, en cambio, no se les impone un impuesto, como han hecho en Francia y otros países. Cuando las medidas imprescindibles siempre acaban convirtiéndose en grandes injusticias sociales, como abandonar a un anciano que no puede valerse por sí mismo, mientras se conceden subvenciones a escuelas y hospitales privados. Cuando se persigue, como si fuera un delincuente, al “manitas” que trata de alimentar a sus hijos buscándose la vida como puede, mientras a los grandes empresarios defraudadores se les premia con la amnistía fiscal.  Cuando en las instituciones y empresas del Estado se enchufa a familiares y amiguetes ineptos y se ocultan trapicheos, se archivan causas abiertas nocivas para el partido y se coacciona a jueces y policías para que no investiguen lo propio, pero si atosiguen al enemigo. Cuando desde  la Fundación FAES, que preside José María Aznar, se aboga por modificar el estado de bienestar para que los ciudadanos paguen los servicios sociales que reciben "en función de su renta", en lugar de utilizarlos "gratis o casi gratis". Cuando no confían ni entre ellos y se apuñalan por la espalda en cuanto pueden.

 Hoy seguirán las facas al aire, entre el PSOE y el PP, por el tema de los EREs de Ferraz y la filtración del expediente, desde el Ministerio de Empleo, exactamente, desde el fax de la ministra Fátima Báñez, al periódico La Razón. Un delito, el de la revelación de datos, que tanto persiguen por otro lado. También hoy ha sido destituido Enrique Rodríguez Ulla, el comisario general de la policía judicial. Parece ser que a los altos cargos de interior no les ha sentado nada bien que este hombre iniciara una investigación sobre Ignacio González, el número 2 de Aguirre en la Comunidad de Madrid, acerca del lujoso ático de 400 m2 que éste dispone en Marbella. Y tampoco le ha gustado que no haga nada para frenar las investigaciones sobre el caso Gurtel.  Al parecer sufría coacciones por parte del SUP para hacer lo contrario, ya que lo presionaban con hacer público un trato de favor hacia su hija, becaria del Banco de España. Seis meses le ha durado el nombramiento por parte del PP al comisario y ahora dicen que lo echan por falta de confianza, cuando no hay un sólo pájaro de estos que no tengan manchadas las manos por la porquería de la corrupción moral y económica.

¡Qué asco dan estos políticos! ¿Y tiene la desfachatez de pedirnos confianza?

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