viernes, 20 de julio de 2012


UNA CANCIÓN DE JAZZ

Todos oían embelesados a la hermosa cantante de jazz, pero nadie había adivinado aún quién era el asesino. Celos y tragedia se mascaban en el ambiente y el ruiseñor de la vanidad decoraba la canción. El pianista era el cadáver. El arma: una aguja envenenada entre las teclas.

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