miércoles, 6 de junio de 2012


HONESTAMENTE

Después de mi artículo de ayer, afirmando que los partidos políticos actuales dan asco, muchos podréis pensar que abomino de los políticos y nada más lejos de mi intención, lo que repudio es la “Casta” política. ¡Cómo voy a renegar de la democracia!, ¡cómo voy a rechazar la política!, si política es lo que hacemos todos, hasta en las cosas más cotidianas, y personas con verdadera vocación social, las hay y debemos aprovecharlas. Pero sí es necesario que nos impliquemos todos para conseguir cambiar las cosas por algo más honesto, justo y dignificante de nuestras generaciones futuras. Desde la ciudadanía debieran surgir partidos nuevos, cuyo funcionamiento interno fuese radicalmente distintos a los actuales. Que funcionasen con listas abiertas, sin disciplina de voto, sin tanta jerarquización, en el que las soluciones frente a problemas comunes prevalecieran a las sagradas bases ideológicas. Partidos en los que se premiara la honestidad por encima de la lealtad. En los que el bienestar de los ciudadanos sea más importante que las estrategias de poder. En los que todo cuanto ocurra se publique, porque no haya nada que esconder.

Eso es lo que buscan algunos. Acabar con el sistema político, como hizo Hitler en 1932 en Alemania, tras ganar las elecciones. Y ante el panorama triste y gris que presenta España en estos momentos, ya se están preparando. Usan eufemismos en sus acepciones nominales para engañar al personal: “Manos limpias”, “Libertad constituyente”, etcétera, pero huelen a fascismo desde lejos.  Argumentando la certeza de la corrupción generalizada en el ámbito político nacional, usan frases como esto no es una democracia, denigran el sistema electoral como algo fácilmente manipulable, atacan contra las instituciones democráticas e, incluso, al sistema judicial y al Rey, mientras su líder sueña en convertirse en caudillo. Cuidado, que la prima de riesgo se relaja hasta los 500 puntos, gracias al par de pasitos hacia atrás que ha dado la Merkel, pero estos lobos siguen al acecho. No son las instituciones las que fallan, son los buitres que estos momentos las manejan. Aunque bien es cierto que algunas instituciones en este país sobran, como la monarquía, por ejemplo.

Mientras tanto el 15M, esa esperanza que brotó como un manantial desde el centro del Sol en Madrid, se difumina tanto, que ya no es más que un espectro donde no cabe la ilusión. Y no ha sido gracias al acoso represor de la derecha española, como pueden llegar a pensar algunos. Ha sido la izquierda, esa pseudoizquierda ladina e interesada de los partidos políticos con representación parlamentaria quienes han ido sectorizando, manipulando, atomizando y pulverizando el movimiento, hasta que la claridad inicial con aquellos 8 puntos básicos, se han convertido en un batiburrillo de miles y miles de propuestas que nadan en el oscuro mar de la confusión y sin salida posible. Ahora todos son enemigos de todos, DRY de las acampadas, los teólogos de la liberación de los ateos, Cáritas de Payasos sin fronteras…  ¿Cómo nos vamos a unir en nada, si aquí cada uno tira para su patio? ¿De qué nos sirve tanta perorata y tanta puñetera protesta en las redes virtuales, si todo ello sólo nos separa?

Se hace necesaria la intervención de la ciudadanía en el ámbito político español, iniciar un proyecto conjunto, pero primero sentar las bases para que la transparencia en todo sea absoluta y confiar en las personas cuya vida haya sido ejemplar, en personas de espíritu y conciencia honestas, eso es lo fundamental. Y luego colaborar todos juntos, sacrificando la individualidad egocéntrica por los intereses legítimos de la comunidad. Construir juntos el sueño de una realidad mejor para nuestros hijos. No sé si podrá lograrse algún día, en Islandia lo consiguieron y en Ecuador también, ¿por qué no aquí?. Algunos ya lo intentamos y no salió adelante, porque ninguno de nosotros éramos los adecuados. Pero quizás mañana alguien lo intenté y sí lo sea. Pregúntate si podrías serlo tú, pero debes responder honestamente.


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