sábado, 23 de junio de 2012


EL NOTA

Sí, ya sé que a todos, en algún momento de nuestras vidas, nos gustaría ser el Nota. Ya saben, me refiero a ese Nota que Jeff Bridges interpretaba en la película “El gran Lebowski” de los hermanos Cohen. Pasar de todo, como el Nota. Fumarte un peta, para reírte y olvidar todo lo malo que te agobia. Dedicarte a lo que te gusta, jugar a los bolos o tocarte los cojones, si te apetece. No estar sujeto a norma alguna. Volar virtualmente por el mundo en una ensoñación eterna. Beber, olvidar y reírte el mayor tiempo posible del escaso tiempo de vida que te queda. Pero cuando vienen a tu casa y te mean la alfombra hay que decir que eso no está bien, que si tú no jodes a nadie, ¿por qué van a joderte a ti?

Entonces se hace necesario reclamar una justa compensación. Y si es necesario tendremos que caminar hacia el gran palacio para decirle al gran Lebowski: “Yo soy el Nota, alguien más digno que tú, puesto que nunca hice daño a nadie. Y no vengo a mear tus alfombras, vengo a decirte que por haber enviado a tus esbirros a mear la mía, tú no mereces este palacio del que sólo me llevaré una alfombra, repartiéndose el resto entre las demás víctimas de tus injusticias”.

Eso sí, es necesario que perdamos el miedo. El gran Lebowski no tiene tanto poder. Es un ser humano vulnerable. Que se decepciona cuando sus fulanas le traicionan con sus proxenetas, los mercados. Y aún así, nos ponen buena cara, maquillando sus mentiras.  La democracia es un proceso electoral y tiene esas cosas.  Y esa es precisamente nuestra arma. El arma pacífica del Nota.

Ahora bien, el Nota, ese Nota al que aspiramos muchos, tan sólo era un personaje, era en realidad Jeff Bridges, el actor que lo interpretaba. Y para lograr dotar de realidad al personaje tuvo que trabajar duro muchas jornadas. Desde luego actuar y no pasar de nada. No fumar petas en el curro, ni buscar con denuedo el olvido. Muy al contrario, tener los múltiples sentidos alerta y saber que el gran Nota no es cada uno, sino el conjunto de todos.

Sólo así llegaremos al gran palacio y nos sentaremos frente a ese patético Lebowski. Las urnas son la llave que nos abrirán las puertas y debemos ir preparándonos, pues estoy convencido de que no tardarán demasiado en pedirnos papeletas.

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