lunes, 21 de mayo de 2012


¡YA ESTÁ BIEN!


El gran error del PP es su ceguera, su prepotencia, su absoluta convicción de ser inmunes y, sobre todo, su torpeza. No aprenden de sus propios fallos. Perdieron las elecciones generales de 2003 porque el pueblo comprendió que le mentían. A pesar de tener unas encuestas muy favorables, tras el atentado de Atocha y las imágenes de señor Aceves dirigiéndose al pueblo para decir que el atentado era obra de ETA, las perdieron de forma clamorosa. ¿Por qué? Porque el pueblo no es tonto y cuando descubre que le mienten suele castigar en las urnas. Ellos lo saben, entre sus filas deben tener buenos analistas, lo que ocurre es que están ciegos de ambición y están tan endiosados, tan convencidos de ser ley divina todo aquello que sale de sus bocas, que acaban autoengañándose y persuadiéndose de que todas sus mentiras son la única verdad. Pero olvidan que el pueblo no es tonto y es imposible que se le engañe eternamente. Ya han comenzado.


Primero nos dicen que el anterior gobierno falseó el déficit y que la cosa está infinitamente peor de lo que anunciaba Rubalcaba y ahora resulta que se le llama la atención desde Europa al nuevo gobierno español por haber falseado los informes aumentando el déficit público y así ir preparando a los españoles ante las reformas que piensan emprender y, encima, eran sus comunidades autónomas, como Madrid y Valencia, las que tenían falseados sus balances. Luego nos dicen que su principal obsesión es la generación de empleo y bajo esa consigna sacan la reforma laboral que, en realidad, facilita el despido y no beneficia más que a los empresarios y convierte a los trabajadores en semiesclavos pagados con un sueldo de miseria. Y ahora nos anuncian a bombo y platillo el dulce de la dación en pago, cuando todo es mentira, no hay ley efectiva que la respalde y todo se deja en manos de la buena voluntad de los banqueros y la lucha contra el fraude fiscal, cuando la realidad es que perdonan a los grandes prevaricadores y persiguen al pobre que intenta mantener a sus hijos a base de chapuzas.


¿Qué será lo siguiente? ¿Pero qué se creen? ¿Qué el pueblo es gilipollas? ¿Qué todos somos retrasados mentales y ellos, seres superiores, pueden dominarnos a voluntad? Ese es su gran error. Ese juego no les puede durar eternamente. Llegará el día (y creo que será muy pronto) en el que la ciudadanía despertará. No es más que cuestión de tiempo. La mierda siempre sale a la superficie y el olor de la podredumbre se extenderá y nada podrán hacer para evitarlo. No se puede engañar al pueblo eternamente. El pueblo abrirá los ojos y comprenderá. Y llegado ese día tendrán que pagar las consecuencias.


Por otro lado, en el PSOE, van de chicos guays y solidarios de la película. Ante la que está cayendo muestran su falsa sonrisa profiden y, con teatralizado semblante de preocupación, dicen que nos comprenden, que no es justo acabar con los derechos logrados con sangre durante generaciones, que la reforma laboral es un atentado contra los derechos humanos, que se está pisoteando la dignidad de trabajador, que todos los trabajadores tienen derecho a un buen ambiente laboral y a un salario digno. Y digo yo: ¿Se referirán a estar cómodamente sentados en el parlamento y cobrar 47 mil euros mensuales por no hacer nada, como su Leire Pajín? El nivel de hipocresía del PSOE es superlativo. Comprendo vuestro sufrimiento y me solidarizo con vuestro dolor, nos dice, pero a mí que no me toquen los privilegios ni mi pensión vitalicia por ¿currar? un par de legislaturas, nos callan. Son unos sinvergüenzas, inmorales y deshonestos que también nos toman por tontos y al que también el pueblo sabrá castigar. ¡Con qué altanería hablarán de nosotros, el humilde y desgraciado pueblo, en las reuniones que mantendrán en sus exclusivos clubs de golf! Son tan execrables como los otros. Ratas ambos de diferente pelaje.


Esto, señores, no es una batalla PP-PSOE. Ni tan siquiera es una lucha de izquierda contra derecha. Esto es un pueblo avasallado, humillado, que no se va a dejar masacrar por unos cuántos señoritos cortijeros, que se creen dueños y señores de todos nosotros. ¡Ya está bien! ¡No se lo permitamos más!

1 comentario:

  1. Estoy totalmente de acuerdo, pero ¿para cuando el despertar del pueblo?

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