martes, 8 de mayo de 2012


LA HISTORIA REPETIDA

Yo nací en el seno de una tormenta. Si no era el aire lo que te abofeteaba, era la mano de un padre que apenas sabía leer y escribir. Una vida convulsa la suya, imagino, entre el hambre de posguerra y las facas del honor. Sin embargo, tuve suerte. Vi nacer la democracia y eché a volar muy pronto, con mis deslumbrantes derechos constitucionales bajo las alas. Y a cada aletada que avanzamos íbamos ganando terreno al cielo. Sanidad universal para todos, una seguridad social sólida, derecho de reunión y de huelga, pacto social. En fin, que en mis años de juventud fui perdiendo el miedo adquirido de niño y el horizonte parecía tener rostro de arcoíris. Aparecieron otros miedos, sí, el sida, la OTAN, ¡qué le íbamos a hacer!, no todo puede ser perfecto. Pero haciendo un cómputo global, no ha estado mal la cosa. Ha habido años mejores y peores, imagino que como a todo el mundo, los sencillos, los del pueblo, aquellos que hemos tenido que luchar toda la vida para no volver a caer en el infierno. Los que nacieron en cuna de alcurnia jamás tuvieron que luchar. Y esos son los que nos gobiernan hoy.

Con esto, señor Rajoy, quiero decirle que yo de poco habría de quejarme. Después de 30 años cotizados, al menos me queda una paga de 600 euros. El infarto me dejó para el arrastre, sabe usted, y la verdad es que salgo poco, me canso enseguida y así, de paso, ahorro para ir tirando. Por ahora lo consigo a duras penas. Pero tiro sin que me alcance el hambre, no voy a negarlo. Pues bien, como le iba diciendo, de poco habría de quejarme porque en el tiempo que ha transcurrido desde mi juventud he tenido la oportunidad de disfrutar de todo: trabajar, a veces, en lo que me gustaba, del ocio, de la cultura, de la inquietud por aprender, de proyectos exitosos y de proyectos fracasados y, luego, de volver a levantarse para intentarlo otra vez, de la belleza, de la amistad, del amor verdadero, de la noche y de la luz. De la vida, hermosa y cruel.

¿Y ahora usted pretende que caminemos hacia atrás? ¿Restringirnos los derechos día a día? Si necesitas educación para tu hijo, se la pagas. Si necesitas medicinas, te las pagas. Si quieres cultura, tendrás que pagar. Si quieres atención asistencial, tendrás que pagar. Si quieres derechos, tendrás que pagar. Si quieres justicia, paga y será tu justicia. ¡Fuera el derecho de libre reunión! ¡Fuera el derecho de huelga! ¡Fuera todo el que no piense como yo! ¡Y aquí todo el mundo a apretarse el cinturón, menos yo! ¿Acaso no es eso lo que nos dice cada día desde sus medios manipulados?

Pero ¿adónde va usted, señor Rajoy? ¿No ve que está marchitando a la juventud de este país? ¿No ve que está cerrándoles las puertas del futuro? ¿No se da cuenta de que está sembrando semillas de odio en sus corazones? Que todos esos chicos de barrio que se mueren de hastío, de aburrimiento,  en las plazas de los barrios, sin saber qué hacer porque ya no queda un duro. Hartos de estudiar y sacar buenas notas algunos, porque ya no queda donde rascar currito. Otros, sumidos en la ignorancia del Marca diario (¡qué casualidad!, como usted, señor Rajoy), pero infladas sus partes de tanto colgar curriculum vitaes en el desierto.  ¿No oye los gritos de esos chicos que ya empiezan a hablar de dignidad, ya comienzan a defender su honor y, pronto, muy pronto, echarán mano de las facas, las navajas y los cóctel molotov? ¿No ve que ellos serán los padres de la tormenta? ¿No ve que se vuelve a repetir la historia?

1 comentario:

  1. Bienvenido al mundo del blog, bloguero. Con tu agil pluma daras mucho k hablar, espero tener k copiarte mas de una vez.
    Me gusta el diseño.

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