lunes, 28 de mayo de 2012


EL GRAN GOLPE

J. I. Goirigolzarri. | Foto: Javier Barbancho. El Mundo
El nuevo presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, es todo un ejemplo a seguir. Es el modelo a copiar, si queremos que mejoren nuestras economías. ¡Qué sabiduría tiene este tío! Pretende venderle al gobierno acciones de un banco muerto por valor de 23.500 millones de euros. Y ante la pregunta de cómo y cuándo se devolvería el dinero, responde: “No estamos hablando de ayudas, estamos hablando de capital, y será responsabilidad de los gestores sacarle valor. No hay que hablar de devolver nada”. O sea, que le damos la pasta a cambio de prácticamente nada y confiamos en los gestores de Bankia para cobrar cuando la cosa vaya mejor. Sí señor, negocio perfecto. Y pensábamos que los grandes chanchullos eran los que hacían los politizados banqueros de las cajas de ahorro españolas en las últimas décadas. Ya saben, condonación de las deudas electorales, renovación continuada de las deudas institucionales, subvenciones tan escandalosas como silenciadas, promoción de constructores locales (cuántos antiguos concejales de urbanismo, ahora son constructores en los pueblos de España, como Florentino Pérez, presidente de ACS & Dragados, por ejemplo), concesiones de tarjetas unipersonales a miembros del consejo de dirección de las cajas, despilfarro en el gasto y en las celebraciones y, así, un largo etcétera. Y el agujero sin fondo iba creciendo imparable, mientras los grandes ejecutivos se abrían cuentas en paraísos fiscales, adquirían propiedades a su nombre o al de otros, aseguraban su futuro con planes de jubilación multimillonarios y conducían y aún conducen Ferraris por la ciudad, como el señor Oliva, presidente de Bancaja hasta hace unos días. Y encima, aunque el valor de la oferta inmobiliaria descendía, ellos seguían manteniendo su stock de viviendas supravalorados, para que el balance anual siempre diese, ficticiamente, mayores beneficios y, así, tener asegurado un mayor reparto de dividendos. Jugada perfecta. Y es que estos banqueros son, verdaderamente, unos linces. Aunque ninguno de ellos había llegado a la habilidad de Goirigolzarri. Él es, sin duda, el maestro, el que ha diseñado el “gran golpe”, de una sola tacada nos va a estafar 23.500 millones de euros en nuestros morros, sin que hagamos nada por evitarlo. Es un verdadero genio, ¿verdad?

Sin embargo,  y ya fuera de ironías, os digo que la deshonestidad y la conducta traidora y abyecta de nuestros políticos y financieros no es, en absoluto, ningún ejemplo a seguir, pero si deberíamos tener muy presentes las palabras pronunciadas por el nuevo y flamante presidente de Bankia: “No estamos hablando de ayudas, estamos hablando de capital, y será responsabilidad de los gestores sacarle valor. No hay que hablar de devolver nada”. Esas son las palabras que deberíamos pronunciar cada vez que tengamos a un representante institucional ante nosotros. No queremos ayudas, estamos hablando de capital. Del capital que no circula en nuestros mercados porque está a buen recaudo en las alforjas de ladrones (España es el país con más billetes de 500 euros de toda la comunidad europea, ¿alguien los ha visto?). Estamos hablando de que el banco europeo permita la devaluación del euro, imprimiendo y poniendo en circulación más cantidad de moneda, para que el crédito funcione y se activen los mercados locales. Y, claro, todo dependerá de la responsabilidad de nuestros gestores, ustedes, los políticos, para eso les votamos y bien que nos cobran por ello y hasta disfrutan de privilegios inmorales. No estamos hablando de ayudas, estamos hablando de eficiencia, señores políticos, y de justicia real, si incumplen con la ley por favoritismos personales o partidistas.  Y, por supuesto, nada tendríamos que devolver quienes nunca tuvimos nada.

¿Por qué seguimos dejando que nos engañen? ¿Qué le pasa al pueblo español? ¿Por qué no reacciona? ¿Sois conscientes de la vergüenza que tendremos que soportar ante la mirada futura de nuestros hijos y nietos? 

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